En 1964, el historiador
norteamericano Richard J. Hofstadter publicó un influyente ensayo
sobre la paranoia en la política . El político paranoide —escribió
Hofstadter— “no percibe el conflicto social como algo que pueda ser mediado o
negociado, como lo hacen los políticos tradicionales. Como lo que está en juego
es el conflicto entre el mal absoluto y el bien absoluto, lo que se requiere no
es un compromiso sino la voluntad de luchar hasta el final. Como el enemigo es
considerado totalmente perverso, tiene que ser completamente aniquilado, sino
del mundo, al menos del teatro de operaciones sobre el cual el paranoide dirige
su atención”.
En opinión de Hofstadter, para el político paranoide, el enemigo es “un ejemplo perfecto de maldad, una especie de supermán amoral: siniestro, ubicuo, poderoso, cruel y lujurioso”. El enemigo “crea crisis económicas, desencadena corridas bancarias, causa depresiones, manufactura desastres… controla la prensa, tiene fondos ilimitados, posee técnicas especiales de seducción y es capaz de lavar la mente de las personas”.
Algunos polìticos colombianos, de la extrema izquierda y la extrema derecha, muestran los mismos sintomas, la mentalidad paranoide casi los describe por completo.