La desigualdad disminuyó de manera casi generalizada en América Latina durante la década anterior. Cayó en Brasil, Chile, Argentina, México, etc. Sólo aumentó en Colombia, Guatemala y
Honduras.
Los malos resultados distributivos obedecen a un factor primordial: la segmentación del mercado laboral en dos sectores, uno moderno que emplea mayoritariamente
a los trabajadores con educación superior y otro informal donde se refugia el resto de trabajadores.