martes, 14 de diciembre de 2010

¿Por qué les va tan mal a las mujeres colombianas en la prueba Pisa?

Los resultados de la pruebas Pisa, que evalúan el desempeño escolar de jóvenes de 15 años residentes en sesenta y pico de países, fueron publicados la semana anterior por la OECD. Las noticias para Colombia fueron malas. Como siempre. Los resultados no sólo mostraron que, en promedio, Colombia está en los últimos lugares entre los países participantes; señalaron, al mismo tiempo, un problema incipiente, no advertido en las pruebas anteriores, a saber: la gran diferencia entre hombres y mujeres en el desempeño promedio medido por las pruebas.

El primer gráfico muestra las diferencias entre hombres y mujeres en el componente de matemáticas. Colombia es el campeón mundial en la desigualdad de género. En casi todos los países los hombres obtienen mejores resultados que las mujeres. En Colombia, sin embargo, la diferencia es muy grande, exorbitante, de 32 puntos. El promedio para los países participantes es de 9 puntos.

(Un paréntesis: Alberto Carrasquilla argumentó, en su columna de esta semana, que Colombia presenta los mayores niveles de igualdad de género entre los países participantes. Esta conclusión, equivocada a todas luces, viene, creo yo, de un análisis parcial del componente de lectura de la prueba. En lectura, a diferencia de lo que ocurre en matemáticas, las mujeres obtienen mayores puntajes que los hombres. En Colombia, la diferencia a favor de las mujeres es la menor de todos los países. Carrasquilla interpreta este resultado parcial, de un solo componente de la prueba, como muestra de una gran igualdad de género. Pero la realidad es otra: en matemáticas o en toda la prueba, la diferencia entre hombres y mujeres es mayor en Colombia que en cualquier otro de los 65 países participantes).

¿Por qué les va tan mal a las mujeres en Colombia? La respuesta no es fácil. Hugo Ñopo, especialista en educación del Banco Interamericano de Desarrollo, sugirió, en una entrevista publicada por El Espectador, una explicación parcial. "Colombia –dijo–es uno de los países donde las diferencias de género son más marcadas. En Colombia las niñas tienen un nivel muy bajo. En matemáticas, materia en la que usualmente los niños obtienen mejores resultados, la diferencia es enorme entre hombres y mujeres. Esta distancia tan grande puede ser producida por la poca equidad en las instituciones, que se ve reflejada en la baja calidad." En suma, la desigualdad de género podría obedecer a prácticas pedagógicas sesgadas, tendría que ver con lo que sucede en el aula de clase.

En mi opinión esta hipótesis es apresurada. Quiero proponer una hipótesis distinta, no necesariamente sustituta. Mi hipótesis se basa, en gran medida, en algunas investigaciones previas sobre los factores asociados al desempeño en los exámenes del ICFES. Paradójicamente el peor desempeño relativo de las mujeres puede obedecer, al menos parcialmente, a una desigualdad de género de sentido contrario, a las mayores tasas de deserción escolar de los hombres. En Colombia, en parte por razones relacionadas con la violencia y el conflicto, la deserción es mucho mayor entre los hombres que entre las mujeres. Esta diferencia podría explicar buena parte de la diferencia en el desempeño.

Como quienes dejan de estudiar son, en promedio, los peores estudiantes, la población masculina que sigue estudiando, la que presenta los exámenes, ha sido, por decirlo de alguna forma, preseleccionada, ya no incluye a quienes, en teoría, obtendrían los peores resultados. Lo contrario ocurre, debido a las menores tasas de deserción entre las mujeres, con la población femenina. En síntesis, existe un sesgo de selección que, en el caso de Colombia podría aumentar sustancialmente la brecha entre hombres y mujeres.

El segundo gráfico presenta una pieza evidencia (indirecta) compatible con la hipótesis mencionada. El gráfico muestra la distribución, en los seis niveles de desempeño de la prueba (uno es el peor, seis es el mejor), de los hombres y las mujeres. La diferencia es evidente. En el caso de las mujeres, la distribución está muy concentrada en el nivel inferior; en el caso de los hombres, por el contrario, la concentración es menor, no hay tantos malos estudiantes: los peores, como se dijo, ya no están estudiando. En suma, la diferencia entre hombres y mujeres está en la parte inferior de la distribución, tal como sugiere la hipótesis propuesta.

En fin, a las mujeres las va muy mal en las pruebas porque a los hombres les va muy mal antes de las pruebas. Muchos de ellos, los peores en teoría, ni siquiera llegan a presentarlas.